Frida Kahlo
El arte no puede definirse con exactitud, pero lo que si sabemos es que lleva con sigo un componente comunicativo y por medio del él expresamos nuestra perspectiva de la vida. El artista hace de su pensamiento una acción. El arte se apropia, mira y transforma la realidad y de este modo podemos afirmar que el arte no se puede separar de la vida y mas aún si decimos que el arte es un producto social. Un ejemplo claro de esto es Frida Kahlo; su vida estuvo rodeada de malas experiencias, dolor físico y muchos desengaños que destruyeron parte de su felicidad pero fueron trascendentales para su creación artística.
Frida Kahlo hizo 143 pinturas y de estas, 55 son autocorrectores. Ella decía que se pintaba a si misma porque era la persona que más conocía, así que, mejor modelo que ella para darle su propio toque a su estilo o ese dolor simbólico.
Frida sufrió un trágico accidente a los 18 años, estuvo muchos días en cama, fue un impedimento para hacer muchas cosas como persona saludable. En sus planes estaba convertirse en médica pero su incapacidad lo impidió.
Sus padres le adecuaron la cama y los utensilios para que pudiera pintar en su convalecencia. Cuando pudo al fin levantarse de la cama y caminar, buscó al muralista Diego Rivera, quien sería el amor de su vida, para que le diera la su opinión sobre sus obras. Éste le pareció un demostración artística con calidad y originalidad. Diego Rivera fue uno de los ejes mas importantes en la existencia de Frida, este fue quién le dio el visto bueno a sus pinturas, el que la enamoró a pesar de que los dos fueron aventureros, Frida bisexual y Diego mujeriego. Fue una relación muy liberal, ambos eran muy rebeldes como para cumplir una promesa de lealtad y fidelidad. Pero para Frida fue muy doloroso este matrimonio, porque intentó cambiar a Diego pero no pudo, tanto fue así que tuvo que acostumbrarse a las constantes aventuras de su marido y ella por su parte tener las suyas. Diego fue muchas veces luz y otras veces sombra. En las pinturas de Frida donde esta Diego se ve que ella le tenía un gran respeto y admiración, al igual que un amor paciente, pero también era el motivo de decepciones y malos ratos.
Frida estaba acostumbrada a las infidelidades de Diego, pero un hecho que fue devastador fue la relación que entabló su marido con su hermana menor. Esto la destrozó totalmente provocando que se divorciaran y que ella en medio de este acontecimiento cogiera su propio rumbo, pero sin olvidar este dolor plasmándolo en sus pinturas; Una Frida enamorada y con algo de esperanza y otra destruida por el desamor y la angustia de la soledad, recuerdo de la traición de Diego y su hermana a quien tanto apreciaba.
El poeta Andre Breton vio en las pinturas de Frida un surrealismo en donde ella enmascaraba su propias emociones y dolor, pero Frida nunca se sintió identificada con esta etiqueta, ya que, jamas pintó sueños, ella pintó su realidad. Frida no tenía en cuenta los prejuicios o las críticas de otros, ella tenía un espíritu libre que no obedecía a estándares.
A pesar de que Frida se destacaba por ser la maestra del detalle, por consecuencia de sus dolores frecuentes tomaba muchos narcóticos y muchas veces mezclados con alcohol, ya casi no podía pintar y sus lienzos eran borrosos con pocas lineas y detalles.
Una admiración ganada por su vida turbulenta al servicio del arte. Una mujer con gran amor a su país; México y a su marido; Diego Rivera, cuyos destinos se unieron en el arte y murieron en él. La mayoría de los artistas busca reconocimiento, fama, admiración. En el caso de Frida Kahlo su pintura era de si misma para si misma. Muchas veces viajó a mostrarse pero no para recibir elogios; para escandalizar con su creatividad, con las escenas más importantes de su vida, sus pensamientos, su manera de ver el mundo.